Descripción

Cerca de la aldea de Piñeira, al final de un amplio prado que sirve de campo para la fiesta, encontramos este pequeño puente de madera. Se trata de una pasarela casi cubierta por el musgo en la que se adivinan el paso del tiempo y la fuerza de la naturaleza. Muy cerca, un camino de carro sube por la ladera.